
¿Qué son los test de IgG?
¿Sirven los test de sensibilidad alimentaria basados en IgG para el intestino irritable?
El síndrome del intestino irritable (SII) es uno de los trastornos digestivos más comunes, y a menudo genera frustración: dolor abdominal, hinchazón, estreñimiento, diarrea o una mezcla de ambos. Muchas personas sienten que los alimentos son los culpables, pero identificar cuáles no siempre es sencillo.
En los últimos años han surgido los test de sensibilidad alimentaria basados en anticuerpos IgG, que prometen señalar qué alimentos pueden estar causando síntomas. ¿Son fiables? Aquí exploramos lo que dice la ciencia y cómo puede vivirse en la práctica.
Los test IgG de sensibilidad alimentaria son análisis de sangre que miden la presencia de anticuerpos IgG frente a distintos alimentos. La idea detrás de estos test es que, si tu sistema inmunitario produce IgG contra un alimento, este podría estar relacionado con síntomas digestivos o de intolerancia. Sin embargo, la realidad científica es distinta: la generación de IgG suele ser una respuesta normal del cuerpo al contacto con los alimentos, no un signo de intolerancia. De hecho, tener anticuerpos IgG frente a un alimento puede indicar simplemente que lo consumes con frecuencia. Por eso, la mayoría de sociedades científicas consideran que estos test no son diagnósticos fiables para alergias, intolerancias ni enfermedades digestivas.
Figura: Ejemplo de un test IgG (a200).
1. ¿Qué dice la evidencia oficial?
Las principales sociedades científicas —incluyendo la Asociación Española de Dietistas‐Nutricionistas (GREP-AEDN)— son claras:
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Estos test no están validados científicamente para diagnosticar intolerancias ni alergias.
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La presencia de anticuerpos IgG frente a un alimento no significa intolerancia, sino que puede reflejar simplemente exposición normal a la dieta.
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Usarlos de forma indiscriminada puede llevar a dietas innecesariamente restrictivas, déficits nutricionales e incluso ansiedad alrededor de la comida.
En resumen, la postura oficial es que estos test no son una herramienta de diagnóstico ni tratamiento recomendada.
2. ¿Y qué muestran los estudios más recientes?
Un ensayo clínico reciente (doble ciego, controlado con placebo, multicéntrico) evaluó si una dieta guiada por IgG podía mejorar los síntomas en pacientes con SII.
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Se incluyeron más de 200 personas.
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El 59,6 % de quienes siguieron la dieta personalizada mejoraron su dolor abdominal en ≥30 %, frente al 42,1 % del grupo placebo.
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El beneficio fue mayor en el SII con estreñimiento y en el SII mixto.
No obstante:
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El efecto placebo fue alto (~40 %).
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Muchos pacientes tuvieron dificultades para adherirse a la dieta.
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Y aún no sabemos con certeza cómo los anticuerpos IgG podrían causar síntomas.
En conclusión: los resultados son prometedores para ciertos casos, pero todavía no justifican recomendar estos test de forma generalizada.
3. Caso real
Marta (vamos a poner otro nombre para mantener la confidencialidad de nuestra paciente) llegó al equipo MPUNTI 5 años con diagnóstico de SII. Había probado dietas bajas en FODMAPs, suplementos de fibra y probióticos, pero sus síntomas de dolor abdominal y estreñimiento persisten.
Un día escuchó hablar de los test IgG. Se hizo uno por su cuenta y recibe una lista de 15 alimentos “a evitar”, entre ellos huevo, tomate y almendra.
🔹 Al principio mejoró, sobre todo porque deja ultraprocesados y empieza a cocinar más en casa.
🔹 Pero pronto se sintió frustrada: comer fuera se convirtió en una pesadilla, de hecho nos comentaba en consulta que empezó a tener miedo a la comida.
🔹 Finalmente decidió a un nutricionista especializado, en este caso Marta de nuestro equipo, que revisó sus tests con cautela. Juntos deciden probar una dieta de eliminación controlada y con reintroducción gradual, priorizando la evidencia clínica y el bienestar de Marta.
Tras 3 meses, Marta mejoró prácticamente un 80 % en sus síntomas, no por “seguir al pie de la letra el test”, sino por una alimentación más ordenada, personalizada y sin miedos innecesarios.
4. Recomendaciones prácticas-
No uses test IgG como diagnóstico único → su fiabilidad es muy limitada.
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Lleva un diario de síntomas y alimentos → muchas veces ahí está la clave.
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Haz cambios básicos antes que dietas restrictivas: menos alcohol, ultraprocesados y azúcares, más fibra, verduras y agua.
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Si valoras una dieta de eliminación, hazlo con supervisión profesional → así evitarás déficits nutricionales.
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Cuida también el estrés y el descanso → el SII es un trastorno en el que intestino y sistema nervioso están muy conectados.
Los test de sensibilidad alimentaria basados en IgG son una herramienta muy polémica.
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Las sociedades científicas no los recomiendan.
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Un estudio reciente sugiere beneficios en ciertos casos de SII, pero con limitaciones claras.
Lo que sí sabemos con seguridad es que el tratamiento del SII debe ser personalizado, integral y siempre acompañado de un profesional que evite caer en restricciones innecesarias y cuide tu salud a largo plazo.
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Bibliografía-
Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN). Los tests de sensibilidad alimentaria no tienen validez científica para el diagnóstico ni el tratamiento de la obesidad o las intolerancias alimentarias. Rev Esp Nutr Hum Diet. Disponible en: Elsevier.
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World Gastroenterology Organisation. Is there a place for an IgG antibody-based elimination diet in irritable bowel syndrome? Disponible en: Worldgastroenterology.org.