noviembre 03, 2021
¿Cuantas personas a día de hoy refieren hinchazón abdominal o estreñimiento? Estoy segura que si preguntamos a varios familiares y/o amigos, encontraremos más de dos o tres personas que refieren tener malas digestiones.
Tener un poco de hinchazón cuando realizamos comidas copiosas o que se nos hinche un poco la barriga después de comer ligeramente, no son síntomas preocupantes, sino que es un proceso natural del mismo proceso digestivo: no debemos alarmarnos.
Sin embargo, múltiples factores pueden provocar que nuestro sistema digestivo no funcione como debería y sintamos acidez, reflujo, mal aliento, gases, diarrea o retortijones a diario. Son síntomas que una persona saludable no debería tener a diario y sin embargo, muchos lo normalizan.
Si de base tenemos unos niveles de estrés y ansiedad altísimos, es muy probable que nuestro sistema digestivo se vea alterado. Por ejemplo la una activación normal de los jugos gástricos como es el ácido clorhidrico en el estómago puede verse afectado por la activación constante del mecanismo “fight or flight”, provocando un mayor pH y una menor producción de enzimas digestivas y factores necesarios para una correcta absorción de los nutrientes ingeridos.
La alimentación juega un papel importantísimo: consumir alimentos ricos en grasas trans como la bollería industrial, el abuso de carbohidratos simples como las bebidas azucaradas o el alcohol, afecta a las bacterias que colonizan nuestro intestino y colon, irritando además todo el tubo digestivo, aumentando las probabilidades de sufrir enfermedades intestinales de carácter inflamatorio.
Acudimos al médico por qué tenemos hinchazón, nos realizan una colonoscopia, una analítica básica de sangre y un cultivo, todo negativo, “estás perfecto/a”, dicen. Finalmente nos diagnostican de “Síndrome de Intestino Irritable (SII). y “dispepsia funcional”, que aprendamos a gestionar mejor el estrés, quizá nos recomiendan una dieta FODMAPS.
¿Qué se entiende por Síndrome del Intestino Irritable?
El síndrome de intestino irritable (SII), o también denominado colon irritable, es un trastorno funcional digestivo caracterizado por dolor abdominal y cambios en el hábito intestinal.
Actualmente, no se conoce el mecanismo fisiopatológico exacto desencadenante del SII, aunque se relaciona con factores psicosociales que producen alteraciones de la motilidad intestinal, liberación de mediadores de inflamación, interacciones del eje cerebro-intestino, factores psicosociales y alteraciones de la microbiota intestinal que se relacionan con sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) y disbiosis del colon.
Los síntomas más frecuentes son:
¡Pero… yo como muy saludable y estoy aprendiendo a gestionar mi estrés… Y aún así sigo sintiéndome mal e hinchado/a!
Lamentablemente NO existe un tratamiento y una dieta únicas para el tratamiento de las enfermedades inflamatorias digestivas; se pueden dar recomendaciones generales como gestionar mejor el estrés, tener un mejor estilo de vida y evitar el abuso de cereales, pero SII es un conjunto de síntomas de los cuales debemos encontrar la causa.
La mayor parte de personas que padecen SII presentan una microbiota desequilibrada. Sabemos que hay diversos genes implicados en este tipo de patologías (defectos en la detección de antígenos, defectos en la fagocitosis de patógenos o respuestas aberrantes del sistema inmunitario), pero realmente la gran mayoría de casos son debidos a una disbiosis intestinal.
En estos pacientes se observa una disbiosis intestinal, algunas veces asociada a factores genéticos y a una menor diversidad taxonómica, con un incremento del filo Firmicutes, una reducción del filo Bacteroidetes y de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium. Además, se produce también un incremento de las poblaciones intestinales de Streptococcus y Ruminococcu.
En el caso específico de los pacientes de SII con sintomatología de estreñimiento (en lugar de diarrea), se observa un menor nivel de poblaciones del filo Actinobacteria (como el género Bifidobacterium), y mayores poblaciones del filo Bacteroidetes (género Veillonella), de la familia Enterobacteriaceae, de Staphylococcus aureus y Arqueas productoras de metano.
Tal es la importancia de la microbiota que una de las estategias en pacientes con SII y EII (Enfermedad de Chron o Colitis Ulcerosa) es el trasplante de microbiota fecal (FMT) desde sujetos sanos. Los ensayos clínicos realizados hasta el momento muestran que esta intervención disminuye los síntomas y brotes inflamatorios en la mayoría de los casos y, por tanto, podría ser adoptada como un tratamiento de rutina para esta patología, lo que apoyaría el hecho de que efectivamente la disbiosis intestinal es uno de los principales factores para esta enfermedad.
Es decir, el cambio de la microbiota disbiotica (desequilibrada) a una equilibrada, mejora la sintomatología de la persona diagnosticada de SII en la mayor parte de los casos.
¿Cuál es el problema?
El problema que más encontramos es mal diagnóstico debido al desconocimiento del funcionamiento la Microbiota Humana y las pruebas que tenemos disponibles a día de hoy en el mercado, que, aunque aún necesitan mayor precisión, son mucho más completas que un cultivo. Necesitamos que los pacientes realicen pruebas más específicas más allá de los cultivos clásicos y las colonoscopias para poder detectar si el paciente presenta falta de diversidad bacteriana, o proliferación de microorganismos patógenos (bacterias, parásitos, hongos o virus) o si su alimentación no es la adecuada, que suelen ser las causas más comunes.
Pruebas como el análisis de secuenciación masiva, el análisis de microbiota por 16S (PCR), test de metabolitos orgánicos, sensibilidad visceral a ciertos alimentos (especialmente a ciertos cereales), análisis de polimorfismos genéticos relacionados con la intolerancia a la lactosa, celiaquía, fructosa e histamina o los test de aire son fundamentales para poder analizar la situación del paciente antes de diagnosticarle con una patología crónica.
No eres una etiqueta ni una enfermedad, sufres una serie de síntomas que deben ser bien analizados por un profesional de la salud actualizado.
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La relación entre el intestino y el sistema inmunológico ha despertado gran interés en los últimos años, en especial dentro de la salud integrativa y funcional.
Gracias a numerosos estudios, se ha descubierto que un desequilibrio en el microbioma intestinal, conocido como disbiosis, puede ser uno de los factores claveen el desarrollo de diversas enfermedades autoinmunes.