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Se habla muy a menudo de la intolerancia a la fructosa y sus síntomas.
Probablemente no es la primera vez que escuchas que la mala absorción de este carbohidrato, presente en algunas frutas y verduras, puede causar hinchazón abdominal, diarrea, exceso de gases y distensión. Sin embargo la fructosa y el SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado) no son siempre los culpables de tus molestias...
Recientemente vimos a un paciente en consulta que acudió a nosotros con distintos tests, entre ellos test de aire espirado como el de lactulosa (el que hacemos para detectar SIBO) y el de fructosa.
El de fructosa salió negativo, pero él refería molestias digestivas al comer algunas frutas y verduras como las uvas, manzana, melocotón, pimientos… dándole vueltas, decidí hacerle un test de sorbitol por separado, y voilá, positivo en malabsorción al sorbitol.
El sorbitol es un poliol (alcohol de azúcar) presente de forma natural en muchos alimentos, en cantidades variables. Se encuentra en frutas con hueso, frutas deshidratadas y verduras como el pimiento verde y el maíz.
También se produce sintéticamente y se utiliza en la industria alimentaria como edulcorante bajo en calorías, etiquetado como E-420. Suele estar presente en productos edulcorados como chicles o yogures sin azúcares. ¡Ojo, también en algunos suplementos!
La intolerancia al sorbitol se debe a una mala absorción intestinal, probablemente porqué el tubo digestivo está dañado y no le permite absorber correctamente el sorbitol. En algunos pocos casos raros, puede tener un componente genético.
Normalmente cuando hacemos estos test se analizan la fructosa y sorbitol a la vez, en un único test, sin embargo hay pacientes que presentan solo intolerancia al sorbitol, pues la fructosa puede absorberse mediante otros transportadores como el GLUT2 y GLUT5, pero el sorbitol solamente vía el transportador GLUT2.
También se ha observado en algunos estudios como en este publicado en la revista Cell que la disbiosis intestinal por el déficit de bacterias del género Clostridium puede provocar también una peor digestión del sorbitol e incluso una malabsorción completa. Y es que algunas bacterias positivas del género Clostridium producen una enzima llamada SHD (Sorbitol dehydrogenase), que es necesaria para poder procesar correctamente el sorbitol.
Los investigadores del estudio descubrieron que después de que los ratones recibieran antibióticos y una dieta rica en grasas saturadas, las células que recubren el intestino utilizaban menos oxígeno. Esto generó niveles más altos de oxígeno en el intestino, lo que redujo la cantidad de clostridios beneficiosos. Sin la cantidad suficiente de clostridios, el sorbitol no se descomponía en el intestino.
Es por ello clave en el tratamiento de la malabsorción a la fructosa y al sorbitol abordar la disbiosis intestinal y apoyar las mucosas, y no solamente hacer una dieta restrictiva, si de verdad queremos solucionar la intolerancia de una vez por todas.
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